20/08/12
Hoy nos hemos levantado perros, y como teníamos al fin buena conexión de internet, nos hemos puesto a trabajar en tareas atrasadas y a lo tonto a lo tonto se nos ha ido la mañana entera.
Tan solo hemos salido a perdernos en el mercado para desayunar algo y luego también para almorzar.
Por la tarde, hora de hacer las mochilas, devolver nuestra llave de habitación en el colegio, que por cierto no hemos podido colaborar en nada pero hemos dormido de gratis como parásitos, y por último nos hemos cogido el autobús de vuelta a Guilin. Adiós a Yangshou.
Ya en Guilin tenemos margen para hacer tiempo, cenar algo, como por ejemplo arroz frito... otra vez más... y estar a punto de probar otra de esas grandes experiencias de China: El bus cama que nos llevará a Guangzhou.
Ya tenía ganas de probar esto de dormir en un autobús con literas y tal. Aunque esto es como todo, vivir la aventura una vez está bien, pero eso de tener que encajarse adecuadamente como el Tetris para coger la postura óptima... nunca máis... y más cuando vamos tres pegados como una caja de bombones.
Nos ha tocado en la delantera a Ismael, a mi y a un señor (por llamarle de alguna forma), que cada vez que me hablaba me ponía el pelo blanco del aliento.
Ismael se encajó más o menos bien contra un lateral, con sus más y sus menos, pero a mi, o se me quedaba cabeza y cuello fuera, o me plegaba las piernas como un alambre. En fin, entre eso y los pitidos estridentes del conductor en mitad de la noche... ha quedado en una aventurilla, pero... a ver cuando otra.
Hoy nos hemos levantado perros, y como teníamos al fin buena conexión de internet, nos hemos puesto a trabajar en tareas atrasadas y a lo tonto a lo tonto se nos ha ido la mañana entera.
Tan solo hemos salido a perdernos en el mercado para desayunar algo y luego también para almorzar.
Ranas vivas listas para cocinar
Por la tarde, hora de hacer las mochilas, devolver nuestra llave de habitación en el colegio, que por cierto no hemos podido colaborar en nada pero hemos dormido de gratis como parásitos, y por último nos hemos cogido el autobús de vuelta a Guilin. Adiós a Yangshou.
Ya en Guilin tenemos margen para hacer tiempo, cenar algo, como por ejemplo arroz frito... otra vez más... y estar a punto de probar otra de esas grandes experiencias de China: El bus cama que nos llevará a Guangzhou. Ya tenía ganas de probar esto de dormir en un autobús con literas y tal. Aunque esto es como todo, vivir la aventura una vez está bien, pero eso de tener que encajarse adecuadamente como el Tetris para coger la postura óptima... nunca máis... y más cuando vamos tres pegados como una caja de bombones.
Ismael se encajó más o menos bien contra un lateral, con sus más y sus menos, pero a mi, o se me quedaba cabeza y cuello fuera, o me plegaba las piernas como un alambre. En fin, entre eso y los pitidos estridentes del conductor en mitad de la noche... ha quedado en una aventurilla, pero... a ver cuando otra.
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