jueves, 16 de agosto de 2012

VUELO DE CONTRASTES

07/08/12

Hoy es el dia de partir hacia "Jiuzhaigou". Tres días antes compré el billete de avión que me llevará a la provincia de Sichuan, salvándome los 750 km que me distan por montañas. Así que tras desayunar los cotidianos churros chinos, preparar mi mochila y dejar mi habitación, me cojo el bus que me llevará al aeropuerto de Xian, que está a una hora de camino.

El aeropuerto de Xian, una infraestructura espectacular de tres terminales impecablemente nueva es una prueba más del acelerado crecimiento económico Chino.

Cuando llegué a la terminal decidí entrar en uno de esos cafés de buena imagen a tomarme algo mientras navego en internet para hacer tiempo: ¿Cuanto me va a costar un zumo de naranja en china? Mi sorpresa fue que me cobraron SEIS malditos Euros por un zumo de naranja en China... Y para colmo internet no funcionaba bien... ; Si este es el nivel económico de los ejecutivos, viajeros y todo tipo de pasajeros que pasan por esta clase de aeropuertos, no es ninguna locura que mi pronostico para que china se convierta en primera potencia mundial antes de 10 años.

Lo que está claro es que China tiene unos contrastes grandisimos, porque mientras he visitado zonas donde la miseria es la protagonista, en el turismo interior chino observo que todo el mundo tiene como poco móviles táctiles, tablets, cámaras reflex con objetivos desproporcionados y se permiten comer en cualquier establecimiento desangrador.

Es por ello, que me encuentro desorientado en cuanto al nivel económico real de la población de este país. Está claro que hay dos Chinas: La metropolitana y la rural, con una diferencia abismal. Y además se va acrecentando a una velocidad vertiginosa.

El vuelo, es como cualquier vuelo, cómodo, con azafatas agradables. Qué menos!, para un precio de 115 €...

El aeropuerto de Jiu Huang (en alusión a los parques naturales de Jiuzhaigou y Huanglong) está ubicado en medio de una cadena montañosa a 3.000 metros de altura. Es impresionante cuando el avión va a aterrizar y se encuentra rodeado de montañas desproporcionadas repletas de frondosos bosques. El aterrizaje fue simplemente espectacular. Cuando noté los vaivenes de la cabeza del avion durante la frenada, por unos instantes me vi en lo peor. Uffff.

Nada más salir del avion se siente la bofetada de frescor, y en la entrada del aeropuerto proliferan las tiendas de chaquetones de montaña y forros polares.

Cojo un taxi (una furgona con 13 personas apiladas) con destino a el Parque de "Jiuzhaigou". El camino es todo impresionante. Es aquí donde comienzan las cadenas montañosas que llegan al Tibet, y es aquí también donde la cultura Tibetana comienza a hacerse presente. Desde la furgoneta obsevo grandes montañas de esas que uno no puede dejar de fotografiar, aldeas de estilo Tibetano, llenas de banderolas multicolores, y aldeanas con sus atuendos típicos caminando por la carretera.

Al fin llego al área de Jiuzhaigou, que es un conjunto de aldeas repletas de hoteles y tiendas a precios desorbitados. Mi problema es que no tengo reserva y tenía entendido que no tendría problema, pero conforme voy preguntando, o me dicen que no hay camas o me piden un precio excesivo. Finalmente, tras rechazar varias "ofertas", e intentar regatear lo máximo, me quedo con una cama en una habitación compartida por 12 € la noche. Una barbaridad, para los 4 ó 5 € que me venía costando.


En el alberque conozco a Jon, un Sueco que está de vacaciones y me da información del parque. Internet aquí va fatal. Asi que tan solo me queda descansar y prepararme para la visita matutina al parque.


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